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Raymond Williams

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Raymond Williams
Información personal
Nacimiento 31 de agosto de 1921
Llanfihangel Crucorney, Gales, Reino Unido
Fallecimiento 26 de enero de 1988 (66 años)
Saffron Walden (Reino Unido) Ver y modificar los datos en Wikidata
Causa de muerte Infarto agudo de miocardio Ver y modificar los datos en Wikidata
Educación
Educación Doctor en Literatura Ver y modificar los datos en Wikidata
Educado en Trinity College, Cambridge
Información profesional
Área sociología, marxismo, crítica literaria, literatura
Empleador Universidad de Cambridge Ver y modificar los datos en Wikidata
Alumnos Terry Eagleton Ver y modificar los datos en Wikidata
Movimiento Marxismo occidental Ver y modificar los datos en Wikidata
Rama militar Ejército Británico Ver y modificar los datos en Wikidata
Unidad militar Royal Corps of Signals y Guards Armoured Division Ver y modificar los datos en Wikidata
Conflictos Segunda Guerra Mundial Ver y modificar los datos en Wikidata
Partido político

Raymond Williams (Llanfihangel Crucorney, Gales, 31 de agosto de 1921 - Saffron Walden, Essex, Inglaterra, 26 de enero de 1988) fue un famoso historiador, novelista, crítico, intelectual y teórico marxista galés. Fue una figura importante tanto dentro de los movimientos de la Nueva Izquierda como en la cultura en general; sus escritos sobre política, cultura, medios de comunicación masivos y literatura fueron una importante contribución a la crítica marxista de la cultura y el arte.

Tras estudiar en el Trinity College en Cambridge fue profesor de arte dramático en la Universidad de Cambridge (1974–1983). Su libro Culture and Society (Cultura y sociedad), publicado en 1958, es considerado fundacional para los estudios culturales, y es considerado como uno de los pioneros del materialismo cultural.

Williams abordó sus investigaciones desde una perspectiva original de «marxismo cultural», siendo muy consciente de las implicaciones de la cultura en los procesos históricos y el cambio social. Williams puso particular énfasis en su enfoque «marxista de la subjetividad»: su principal interés fue introducir en el pensamiento marxista la centralidad de la conciencia y de la acción orientada por los valores, en oposición al «marxismo de la objetividad» tradicional, que atribuía el cambio social a una serie de fuerzas ajenas a la voluntad consciente de los hombres.

Biografía

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Raymond Williams nació en la familia de un trabajador ferroviario en la zona rural de la frontera de Gales con Inglaterra. Fue uno de los miembros de la primera generación de niños de la clase trabajadora británica en ingresar a la educación superior. Después de estudiar en el Trinity College de Cambridge, enseñó educación de adultos durante varios años antes de ser nombrado profesor de artes dramáticas en la Universidad de Cambridge (1974-1983). Como socialista declarado, estaba interesado principalmente en las relaciones entre el lenguaje, la literatura y la sociedad. Ha publicado numerosos libros, ensayos y artículos sobre estos y otros temas.

En su obra "Cultura y sociedad 1780–1950" (1958) llegó a su muy citada definición de cultura como una “forma de vida integral”, “como una forma de representar todas nuestras experiencias compartidas”. Esta definición muestra la voluntad de Williams de extender el análisis de textos literarios a un área temática adicional. En el último capítulo de Cultura y sociedad, Williams contrarresta las ideas de los -por entonces- elitistas estudios culturales con las que brinda la cultura popular. La distribución masiva aún no determina la calidad de un artefacto; la calidad debe determinarse dentro del género artístico. De esta forma, el valor estético se mantiene como categoría fundamental.

En la segunda obra de Williams, "The Long Revolution" (1961), decisiva para los estudios culturales, define la cultura como una forma de vida que se expresa tanto en el comportamiento cotidiano como en el arte y la literatura. Logró un cambio de paradigma de una comprensión de la "cultura" como una "forma de vida refinada, forma de vida" al llamado "concepto amplio de cultura".

Estuvo involucrado durante toda su vida en movimientos políticos de base: en las décadas de 1950 y 1960 dentro de la Nueva Izquierda, en la década de 1970 en contextos galeses y eco-socialistas, y en la década de 1980, por ejemplo, a favor de las grandes huelgas de los mineros en contra de las políticas de Margaret Thatcher. En 1967 publicó junto con Edward P. Thompson y Stuart Hall el "Manifiesto del Primero de Mayo", un panfleto del 1 de mayo (Día Internacional del Trabajador en casi todo el mundo) en el que los autores saldaban cuentas con el gobierno laborista socialdemócrata y mostraban su pensamiento social tecnocrático.

Williams falleció en 1988. La Raymond Williams Society existe desde 1989; la misma publica la revista Key Words: A Journal of Cultural Materialism, y se esfuerza por investigar los temas en los que trabajó el propio Williams.

Teorías y opiniones

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Desarrollo tecnológico y cambio social

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Hijo de un empleado del Ferrocarril, nació en Lanfihangel Crocorney, Gales, Reino Unido. Por méritos personales y académicos, y porque vivió una época de transformación de clase, tuvo la posibilidad de asistir a Cambridge, siendo entre muchos otros (como Richard Hoggart o Stuart Hall) de la primera camada de hijos de obreros con la posibilidad de acceder (mediante becas o ayudas económicas) a una educación universitaria.[1]

De esta forma, Raymond Williams inicia estudios sobre la mediología y la sociología contemporánea. Fue uno de los iniciadores de los Estudios Culturales. Williams da una perspectiva más sociológica de la TV.

Uno de los factores que se encuentran en la base del valor del fenómeno tecnológico televisivo es la movilidad de personas y mercancías, la creación de redes de comunicación, etc. En la actualidad sentimos necesidad de saber qué ocurre en otras partes del mundo porque no sólo tenemos intereses en nuestro entorno inmediato o nacional. En otros países podemos tener intereses económicos o conocer a gente por la que nos preocupamos. La televisión nace, pues, como deseo social, gracias a las condiciones de movilidad que los pueblos occidentales habían experimentado con el telégrafo, en el plano cultural, y con el ferrocarril en el plano físico, corporal.

Aun así, la TV también se ha introducido en sociedades que ni siquiera han llegado a la revolución industrial. La TV aparece en la sociedad occidental, como producto de la revolución industrial. En la base de Internet se encuentra la alfabetización, producto de las políticas sociales.

Williams reconoce que pese a la importancia de lo social, la tecnología también cuenta. El incremento de la movilidad (terrestre, marítima, aérea) genera una mayor necesidad de información para la humanidad. Según Williams, el deseo social no nace de la tecnología, convive con ella. También afirma que la propia tecnología aparece como un deseo, que se manifiesta desde la definición de un proyecto hasta su concepción material y su introducción en el mercado.

No hay marcha atrás en la digitalización de los archivos: ya es una necesidad. Cuando un inventor desarrolla una salida a un problema, puede estar manifestando tanto una fantasía propia como un deseo común. Los ingenios que finalmente se desarrollan y expanden son aquellos que no sirven sólo a una fantasía, a un deseo individual.

Medios como la radio, el teléfono y el telégrafo, aunque surgen de distintas necesidades sociales o comerciales, constituyeron una aplicación inmediata de las innovaciones en el campo de la transmisión de la información a distancia. Con la radio, el cine y la fotografía, el imaginario tecnológico había demostrado poseer los elementos constitutivos de la comunicación televisiva. Desde este punto de vista, la TV no ha comportado una innovación tecnológica radical, sino una combinación.

La TV tenía competidores de mayor calidad en cuanto a definición de imagen y sonido (la fotografía, el cine, y la radio). Si la TV es débil con respecto al cine, ¿por qué se impone? La TV es un medio poco eficaz de transmisión y difusión visual. Esto no quiere decir que no sea eficaz como medio de comunicación. Sin embargo, la mayoría de la gente se ha habituado a este medio de una calidad visual inferior.

La casa privada es el contexto social gracias al cual se ha dado este caso de preferencia por una tecnología inferior. El contexto de casa privada es resultado de la revolución industrial, así como la burguesía.

Sin la posibilidad de capilaridad (llegar a muchos hogares), la TV habría encontrado dificultades en su génesis. Otra situación que se da actualmente es la difusión del fenómeno televisivo en lugares que no cuentan con la estructura de casa privada. Esto no contradice la teoría de la capilaridad necesaria en la génesis del fenómeno televisivo.

En un país de Sudamérica grupos de personas han creado poblados en aquellas zonas de los latifundios olvidadas por sus propietarios. Cultivan una tierra que no es suya y viven de ella. Cuando acaban su jornada laboral se reúnen en una cabaña para ver la TV.

La tecnología es como una semilla: no crecen todas ni en todos los lugares. Pese a ser un elemento débil tecnológicamente hablando, la TV ha superado a otros medios en cuanto a difusión visual.

¿La televisión tenía algo especial que ofrecer en sus inicios? Williams responde que la TV no aporta nada respecto de sus contenidos, ya que copiaba formatos de la radio y el cine. Al contrario que las anteriores tecnologías comunicativas, la radio y la televisión eran sistemas concebidos sobre todo para la transmisión y la recepción como conceptos abstractos, con poca o ninguna definición previa de contenidos.

En las primeras emisiones no había programas definidos. Hubo una época de experimentación y de adaptación de los contenidos al medio televisivo. Poco a poco la TV ha ido superando la carencia consistente en su inicial inadaptación para cualquier cosa.

La opinión de Hans Magnus Enzensberger sobre la TV: es el «medium-cero», un medio de anulación de los contenidos de la comunicación social. Todo lo que ocurre en la pequeña pantalla queda vacío de significado y se convierte en un mero ejercicio de luminiscencia, en una estética de la apariencia.

Williams afirma que la TV sólo fue capaz de adaptar los contenidos a su estructura concreta, ya que su verdadera naturaleza es la de presentarse como un flujo. El modelo que triunfa en la TV es el de la mezcla de imágenes, de géneros, de contenidos: el flujo. El flujo se contrapone a una estructura en bloques, a una discriminación u ordenación de los contenidos.

El medio televisivo alcanza su madurez cuando adquiere su estructura de flujo, y ésta no es una característica negativa en sí misma. La inconsistencia de los contenidos llega a su máximo con el zapping.

Marxismo y Literatura

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En Marxismo y Literatura (1977), libro fundamental del aporte de Williams, la cultura es entendida como un proceso social total, en el que la ideología de una clase no sólo se proyecta sobre la misma, sino que sobredetermina (con relativa autonomía) al conjunto de todas las estructuras sociales.

A diferencia de lo esbozado por Arnold o Leavis, quienes proponían regresar a cierto consumo elitista de los bienes culturales (análogo, pese a fundamentos y formaciones distintas, al modelo desarrollado por Horkheimer y Adorno); en Williams la ampliación del término enaltece el componente dinámico del proceso. La cultura deja de ser algo acabado, fijado, o establecido de manera sistemática. Es un momento que sucede como lo vivido, de oposición entre los distintos valores y experiencias de clase.

Lo importante es leer aquí no sólo la resistencia de dicha clase, sino cómo estos mismos elementos también se irán incorporando dentro de la cultura de élite. El arte, por tanto, concentrará algo más en su cielo que vientos frescos y tonificantes. De la misma manera que la “publicidad representativa”, como señala Habermas, pierde su autonomía con el advenimiento de la burguesía; la democratización del arte no sólo instaura un nuevo poder, sino que en su estela engendra una nueva e inevitable sombra.[2]​ Años atrás, en su artículo «Advertising: The magic system», Williams ya señaló que la publicidad se había transformado en el «arte oficial del capitalismo» al haber elevado los bienes materiales a un nivel semiespiritual.[3]

Publicaciones

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  • Reading and Criticism. Londres: Miller, 1950.
  • Drama from Ibsen to Eliot. Londres: Chatto & Windus, 1952.
  • Drama in Performance. Londres: Watts, 1954.
  • Preface to Film, con Michael Orram. Londres: Film Drama, 1954.
  • Modern Tragedy. London: Verso; Stanford, California: Stanford University Press, 1958.
  • Culture and Society, 1780-1950. Londres y New York: Columbia University Press, 1958.
  • Border Country (novela). Londres: Chatto & Windus, 1960.
  • The Long Revolution. Londres y New York: Columbia University Press, 1961.
  • Communications. Londres: Penguin, 1962; 3rd editión, 1976.
  • Second Generation (novela). Londres: Chatto & Windus, 1964.
  • May Day Manifesto 1968, editor. Londres: Harmondsworth Penguin, 1968.
  • Drama From Ibsen to Eliot. New York: Oxford University Press, 1968.
  • The Pelican Book of English Prose: From 1780 to the Present Day, editor. Londres: Harmondsworth Penguin, 1970.
  • The English Novel from Dickson to Lawrence. Londres: Chatto & Windus, 1970.
  • Orwell. Londres: Fontana, 1971.
  • D. H. Lawrence on Education, editor, with Joy Williams. London: Harmondsworth Penguin, 1973.
  • The Country and the City. London: Chatto & Windus, 1973.
  • Television: Technology and Cultural Form. London: Fontana, 1974.
  • George Orwell: A Collection of Critical Essays, editor. Englewood Cliffs, New Jersey: Prentice Hall, 1974.
  • Keywords: A Vocabulary of Culture and Society. London: Fontana, 1975.
  • English Drama: Forms and Development: Essays in Honour of Muriel Clara Bradbrook, editor, with Marie Axton. Cambridge: Cambridge University Press, 1977.
  • Marxism and Literature. London and New York: Oxford University Press, 1977.
  • The Volunteers (novela). London: Eyre Methuen, 1978.
  • The Fight for Manod (novela). London: Chatto & Windus, 1979.
  • Politics and Letters: Interviews with New Left Review. London and New York, 1979.
  • Problems in Materialism and Culture: Selected Essays. London and New York: Verso, 1980.
  • Contact: Human Communication and Its History, editor. London: Thames and Hudson, 1981.
  • Culture. London: Fontana, 1981.
  • The Sociology of Culture. New York: Schocken, 1982.
  • Cobbett. London and New York: Oxford University Press, 1983.
  • Towards 2000. London: Chatto & Windus, 1983.
  • Writing in Society. London: Verso, 1983.
  • Gabriel García Marquez. Boston: Twayne, 1985.
  • Loyalties. London: Chatto & Windus, 1985.
  • People of the Black Mountains. London: Chatto & Windus, 1989.
  • The Politics of Modernism: Against the New Conformists, edited by Tony Pinkney. London and New York: Verso, 1989.
  • Resources of Hope: Culture, Democracy, Socialism, edited by Robin Gale. London; New York: Verso, 1989.
  • What I Came to Say. London: Hutchinson, 1989.

Referencias

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